El principio de Arquímedes es un principio físico que afirma:

UN CUERPO TOTAL O PARCIALMENTE SUMERGIDO EN UN FLUIDO EN REPOSO, RECIBE UN EMPUJE DE UN EMPUJE DE ABAJO HACIA ARRIBA IGUAL AL PESO EL VOLUMEN DEL FLUIDO QUE DESALOJA.

Es decir todo cuerpo sumergido en fluido experimenta un empuje vertical y hacia arriba igual al peso de fluido desalojado.
Pero el empuje de abajo hacia arriba no es siempre suficiente para desplazar el cuerpo, pues si este es más denso que el fluido en el que está inmerso dicho cuerpo no se desplazara hacia arriba, es más se hundirá a pesar del empuje, solo que lo hará lentamente. Flotará solo si su densidad que nos permite realizar movimientos complejos mucho más fáciles y asequibles para la persona que está lesionada. Las articulaciones y los músculos no sufren de impacto como puede pasar fuera del agua, eso va a facilitar los tiempos de recuperación de la lesión.

Una de las mayores ventajas que tiene estar en el agua ,es que la persona se siente más ligera, tiene un descenso del dolor, se mueve con más facilidad, sin miedo y siente menos peso en las articulaciones por la flotabilidad. Fuera del agua, el centro de gravedad está localizado a la altura de los pulmones. Por lo tanto el grado de gravedad en el agua varía dependiendo de la profundidad de la piscina. El porcentaje del peso del cuerpo según la profundidad del agua es de un 10% en el cuello,25-30% en el pecho (apófisis xifoides ) y 50% en la pelvis (EIAS, espina iliaca antero superior).

Con estos porcentajes podremos utilizar la profundidad del agua para por ejemplo cuando más aguda sea la lesión y menos posibilidades de movimiento haya, utilizaremos más profundidad para poder moverse mejor y tener menos peso corporal y así progresivamente.

Otra de las propiedades del agua es su temperatura. Tiene un efecto importante en el sistema cardiovascular a la respuesta del ejercicio. El agua es un buen conductor 25 veces más rápido que el aire.

Avellini et al. En su estudio de entrenamientos cardiorrespiratorio en agua y tierra determina que el entrenamiento en agua fría el VO2 máx. mejora a pesar del entrenamiento con una FC. significativamente menor que la tierra.

Diversos estudios sobre el efecto del agua caliente en el sistema cardiovascular determinan que la temperatura más adecuada para un ejercicio intenso debe ser a partir de 27ºC para prevenir cualquier patología cardiaca.

CONCLUSIÓN

Por lo tanto podemos concluir que es muy eficaz recuperarse de una lesión en el agua ya que contamos con dos factores decisivos en el proceso: la flotabilidad y la temperatura. Factores que no podemos encontrar en el trabajo en seco.

La flotabilidad va a depender de la profundidad del agua . Tendremos menos peso corporal con respecto fuera del agua y lo podremos utilizar dependiendo del momento de la lesión y en qué estadio se encuentre.

La temperatura del agua debe ser controlada para poder realizar un entrenamiento y una recuperación de la lesión más adecuada.
Así la persona que quiera recuperarse de una lesión, tendrá en el agua, menos peso corporal que mover y por lo tanto menos dolor, menos miedo y más confianza para conseguirlo con éxito.